He salido de la ducha y he vuelto a recordarte...
Me veo en el espejo y noto lo lindo que se me ve
el color del amor en la piel.
Cierro los ojos y se me escapa una sonrisa,
porque aún estoy mojada
mientras tú
sigues sin estar junto a mí;
pero no me dueles, te disfruto
y por eso sonrío y no lloro,
porque te he inmortalizado…
Abro los ojos pero ya no estoy aquí
aunque el espejo diga lo contrario, he viajado millas.
Ahora estoy sumergida entre tus piernas, navegándote
y tú vas perdiéndote en mis profundidades,
mientras tu cadera atraca en el puerto de mi espalda baja
y tus manos se amarran fuertes a mi pelo.
Abro los ojos y tú sigues allí,
porque tú nunca te has ido, aunque el espejo diga lo contrario.
Y te recuerdo,
anhelando volver a empaparte la lengua con cataratas de besos;
y mis manos te recrean,
excitadas por ahogarte los dedos en los ríos de mis muslos.
He salido de la ducha y he vuelto a recordarte…
He vuelto a recordarme
contigo sobre mi piel,
a través de mis dedos;
anhelando decirte labios a labios ,
piel a piel,
alma a alma;
que si me tocas,
me vuelvo agua en tu boca
y tsunami en tus manos.